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Lunes, 30 de noviembre de 2015  |  NÚMERO 13 Aņo II Acceda a nuestra hemeroteca
SE USA A LA CABECERA DEL ENFERMO
Un biosensor predice el riesgo de hemorragia en el ictus
Otro proyecto sintetiza marcadores biocompatibles útiles para la resonancia magnética
 
Redacción. Madrid
La ingeniería biomédica ha aportado dos descubrimientos prometedores aún en fase de experimentación, entre ellos un biosensor capaz de predecir el riesgo de hemorragia en el ictus. En efecto, uno de los principales problemas que presenta el tratamiento agudo del ictus isquémico es que el tratamiento recanalizador en ocasiones origina una grave transformación hemorrágica.

Profesionales y directivos vinculados al Proyecto Invennta. Entre ellos, el gestor sanitario en el Sergas Luis Verde Remeseiro (segundo por la izq.) y José Antonio Castillo Sánchez, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (segundo por la dcha.).

El Laboratorio de Investigación de Neurociencias Clínicas del IDIS ha identificado un grupo de biomarcadores que permiten predecir este riesgo. La colaboración con el INL ha permitido el desarrollo de un biosensor capaz de hacer estas determinaciones en pocos minutos y en la cabecera del enfermo.

El ‘Proyecto Invennta’ ha significado la puesta en marcha de cinco trabajos de investigación en tres áreas concretas: diagnóstico oncológico, técnicas de diagnóstico para Neurología y nuevas terapias contra el cáncer.

Estas investigaciones se han realizado de acuerdo con objetivos estratégicos orientados a crear las bases para una red de innovación en Nanomedicina. Otro de los fines perseguidos por ‘Invennta’ ha sido el desarrollo de sistemas de diagnóstico hasta la fase de prototipo para aplicaciones en la lucha contra el cáncer y enfermedades neurológicas, con el propósito de aliviar los actuales costes sanitarios y de dependencia; así mismo, se ha buscado el desarrollo de sistemas de seguimiento in vivo de células clave en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas para obtener nuevos agentes de control por imagen de resonancia magnética.

El presupuesto total del proyecto ha sido de 2.811.911 euros, cofinanciado por fondos Feder de la Unión Europea dentro del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Portugal 2007-2013 (Poctep).

A lo largo de dos años de ejecución, más de 40 investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) y del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL) han logrado avances prometedores en el marco de este proyecto.

Nanopartículas con recubierta biocompatible

Por otra parte, la investigación del proyecto  ha permitido desarrollar unas nanopartículas estables, con una recubierta biocompatible, que se incorporan a la célula y que permiten el seguimiento in vivo por resonancia de las células. En la actualidad, los investigadores del proyecto están a punto de concluir el desarrollo preclínico para poder testarlas.

Se ha trabajado en diferentes estrategias para obtener agentes de contraste más seguros y eficientes como alternativa a los compuestos tradicionales que se emplean en clínica actualmente. En función de cuánto más eficientes sean estos agentes de contraste, más resolución conseguiremos en las imágenes, mejor podremos diferenciar los tejidos sanos de los enfermos y, por lo tanto, en mejores condiciones estaremos para emitir un diagnóstico temprano y más acertado.

Nuevos sistemas de diagnóstico

En el marco del proyecto se ha desarrollado una plataforma magnetorresistiva de detección de células tumorales circulantes (CTC). El  principal aporte de esta tecnología es su versatilidad, su alta sensibilidad y su máxima precisión, puesto que permite utilizar marcadores diferentes y más específicos para identificar subpoblaciones de células tumorales en la sangre.

Su principal ventaja es que no se limita únicamente a la detección de CTC que expresen EpCAM (molécula de adhesión localizada en la superficie de células epiteliales y que se utiliza generalmente para diferenciar las células provenientes del tumor de las sanguíneas), sino que se han podido incluir otros marcadores y, por tanto, reconocer una subpoblación de CTC que con los sistemas actuales no se han tenido en cuenta.

En la práctica, se trata de poner una etiqueta en una célula de manera que pueda ser detectada por el sensor. Además, al tratarse de un dispositivo de pequeño tamaño, se ha concebido como un diseño portátil, que se pueda emplear para la medida en tiempo real del estado del paciente.

Nuevas terapias contra el cáncer

Los clústeres cuánticos atómicos (AQC –Atomic Quantum Clusters–) son diminutas partículas, neutras, con fuertes propiedades antibióticas y con capacidad para penetrar en tumores y alcanzar órganos a los que otros fármacos tienen difícil acceso, como el cerebro. Representan los componentes más elementales de la naturaleza, después de los átomos y de las moléculas, y presentan tamaños en torno a 1 nanómetro o inferiores, lo que los sitúa en una escala 80.000 veces menor que el grosor de un cabello humano.

En ‘Invennta’ se ha concluido la caracterización preclínica de los AQC. Sabemos cuáles son sus mecanismos de acción y qué tipo de tumores se pueden beneficiar más de su utilización. Se han documentado sus mecanismos de interacción con el ADN y su efecto bactericida. Mediante el uso de modelos hemos podido comprobar su eficacia terapéutica y la ausencia de toxicidad. Los resultados obtenidos nos permiten avanzar en el desarrollo de aplicaciones médicas de una nueva familia de nanomateriales, las nanodrogas.