Pero lo que estamos denominando tecnologías sanitarias o, mejor, de la salud, comprenden en realidad un campo muy amplio que incluye a gran parte de las tecnologías informáticas y de las industriales orientadas a la organización e instrumentación del sistema sanitario.

Fuente: cortesía del autor.

Así, proliferan multitud de términos que tratan de definirlas como m-Health, programación, sensores, telecomunicaciones, big-data, inteligencia artificial, nanotecnología, nube, wereables, interoperabilidad…

Y claro, resulta evidente que nadie puede alcanzar el nivel de conocimientos necesarios en tantas disciplinas. Evidentemente, no solo harán falta lo que conocemos ahora por ingenieros, sino una variedad más extensa de profesionales que, trabajando en equipo, promuevan, controlen, proyecten y mantengan tanto los sistemas de hardware necesarios como los otros aspectos de software, contenidos, vigilancia tecnológica, etc.

El propio sistema sanitario puede formar a estos profesionales partiendo de los perfiles tradicionales. No obstante, sería conveniente que la Universidad y las empresas colaborasen en esa tarea formativa adicional.

Por lo tanto, se deberá desarrollar la figura de un profesional gestor o, mejor, de un agente facilitador que sepa conjugar los diferentes conocimientos y sea capaz de trabajar en equipo, principalmente con los profesionales asistenciales, así como que catalice y promueva el buen uso de todas las herramientas tecnológicas de apoyo a la asistencia e innovación sanitarias.

¿Cómo definiríamos  a este profesional necesario en la actualidad? Creo que el mejor título para este tipo de especialista es el de ingeniero de la Salud.

Joaquín García Guajardo es coordinador del Club Gertech, profesor honorario de la Universidad Pública de Navarra y miembro del Comité Científico de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).