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Miércoles, 10 de diciembre de 2014  |  NÚMERO 3 Año I Acceda a nuestra hemeroteca
JUAN IGNACIO GÓMEZ CHAPARRO, INGENIERO JEFE DE MANTENIMIENTO
“Tras el primer ingreso de ébola en La Paz, optimizamos hasta 8 habitaciones”
Se las ha dotado de presión negativa, escusas amplias y cámaras de seguimiento
 

Javier Barbado. Madrid
Cinco ingenieros y una arquitecta técnica conforman la plantilla propia del Hospital La Paz-Carlos III. Este equipo de profesionales ha demostrado su imprescindible labor en la reacción del centro frente a la crisis por virus ébola desatada en verano con el primer ingreso de una persona afectada por la enfermedad en España. Después, otros dos enfermos –el último la auxiliar de Enfermería Teresa Romero, primer caso de contagio del agente infeccioso en suelo europeo– pusieron de nuevo a prueba la capacidad de respuesta del ingeniero hospitalario frente a una enfermedad que requiere instalaciones extraordinarias. En esta entrevista, el ingeniero jefe de Mantenimiento de uno de los pocos hospitales del mundo con experiencia en esta clase de alerta sanitaria hasta la fecha, analiza los requisitos que deben cumplir la habitación de aislamiento y las salas de contingencia, y cómo se trabaja contrarreloj para ampliar y perfeccionar esta clase de infraestructuras.

Juan Ignacio Gómez Chaparro posa con un póster fotográfico que conmemora, este año, el 50º Aniversario del Hospital La Paz de Madrid.

En el mes de abril, las autoridades sanitarias establecieron que todos los hospitales del sistema sanitario público dispusieran de instalaciones específicas para atender a paciente infectados por el virus del ébola. ¿Se le asignó dirigir, como jefe de Ingeniería de La Paz-Carlos III, un plan específico para cumplir esta orden?

La Dirección de Gestión ha participado desde el principio en el Grupo Coordinador de Ébola de nuestro hospital interviniendo en el desarrollo de este plan, buscando las posibles ubicaciones y adaptando la infraestructura existente.

¿En qué ha consistido ese plan o estrategia para disponer de espacios habilitados a este fin?

En un primer lugar, hemos adaptado la planta sexta del Hospital Carlos III para la atención a pacientes confirmados o en investigación de Enfermedad por Virus del Ébola (EVE). Teniendo en cuenta que este tipo de pacientes puede acudir a Urgencias, también se han habilitado dependencias con sus correspondientes esclusas para poder atender en condiciones de aislamiento casos en investigación. Esto nos permite atender a un paciente con garantías para el personal sanitario y para el resto de pacientes.

Detalle cómo deben ser esta clase de instalaciones y qué requisitos deben cumplir desde el punto de vista del conocimiento ingeniero.

Estas instalaciones deben tener características especiales que impidan la transmisión del virus. Uno de los puntos más importantes es la amplitud de la esclusa para la retirada del Equipo de protección Individual (EPI). En caso de maniobras que puedan generar aerosoles, es importante disponer de un sistema de climatización que garantice una presión negativa, filtración HEPA (High Efficiency Particulate Air) en la extracción y unas 12 renovaciones por hora. En cuanto al resto de requerimientos, las superficies deben ser de fácil limpieza y desinfección, enclavamiento entre las puertas de las esclusas para evitar que puedan estar las dos abiertas, cámaras de vigilancia, etc.

¿Qué son las salas de contingencia y qué condiciones debe vigilar el ingeniero que cumple?

Si un paciente acude a urgencias y es considerado de riesgo se debe trasladar a una de estas salas hasta que se confirmen los resultados. Estas salas disponen de instalaciones comunes, por lo que la labor del ingeniero no difiere del mantenimiento y vigilancia habituales del resto del hospital.

¿Qué relación ha mantenido, como jefe de Mantenimiento, con la Dirección y Gerencia del hospital estos meses a propósito de los tres pacientes ingresados infectados con virus del ébola?

La relación con la Dirección del hospital ha sido intensa en cuanto a intercambio de información. Hay que tener en cuenta que situaciones como éstas requieren reuniones permanentemente.

¿Cómo coordina su trabajo el ingeniero hospitalario con profesionales de Prevención de Riesgos Laborales, Medicina Preventiva y otros servicios y departamentos involucrados en una alerta como la del ébola?

Pues yo creo que la coordinación es exactamente igual que la de un ingeniero que trabaja en cualquier otro sector, con la particularidad de la presión social que aparece con un problema de este tipo. Todas las zonas se han evaluado desde el punto de vista de prevención de riesgos laborales y Medicina Preventiva y nosotros tratamos de implementar las recomendaciones u obligaciones en esta materia.

Fachada principal del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid. / J.B.

Narre, en la medida de lo posible, cómo se han hecho las cosas con los tres pacientes desde el punto de vista de la ingeniería: qué se ha aprendido (al ser una situación nueva), qué se puede corregir, qué se piensa hacer en el futuro para mejorar…

En la planta sexta del Hospital Carlos III se ha actuado en las cuatro habitaciones de aislamiento para mejorar las instalaciones que existían previamente a la llegada del primer caso. Posteriormente se actuó sobre otras cuatro habitaciones dotándolas de presión negativa, esclusas de mayor tamaño así como con cámaras de seguimiento tanto en la habitación como en la propia esclusa. Actualmente se sigue trabajando en el diseño para la mejora de las instalaciones.

¿De cuántos ingenieros dispone la plantilla que usted dirige?

Ahora mismo, con la reciente adscripción del hospital Carlos III a la gerencia del Hospital la Paz, somos cinco ingenieros y una arquitecta técnica, todos con extensa formación y experiencia en arquitectura y gestión hospitalaria.

¿Deberían recibir, en su opinión, formación específica los ingenieros de hospital para casos tan concretos como éste del virus del ébola?

En realidad, el trabajo de un ingeniero para una instalación donde van a ingresar pacientes infectados por ébola no debería diferenciarse de cualquier otra instalación de aislamiento; de hecho, la probabilidad de contagio de este virus es mucho menor que la de otros más comunes por el simple hecho de que no se transmite por el aire.

En mi opinión los esfuerzos deberían encaminarse a la formación hospitalaria en todo su conjunto, puesto que virus hay muchos y formas de transmisión sólo unas pocas. Nosotros debemos conocer qué requerimientos hay en función del nivel de aislamiento necesario. Inventar en momentos de alerta no creo que sea una buena solución.