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Jueves, 02 de octubre de 2014  |  NÚMERO 1 Año I Acceda a nuestra hemeroteca
ALFONSO CASARES, ARQUITECTO
“Quien mantiene un hospital debe conocer sus intríngulis”
El control y mantenimiento de la energía del hospital requiere del trabajo de profesionales cualificados entre los que se cuentan los ingenieros, de hecho el perfil profesional de estas características más demandado para tal cometido según el arquitecto Alfonso Casares, con quien ha conversado Publicación de Ingeniería Sanitaria. Pero la formación específica de estos trabajadores no se limita al conocimiento científico y técnico sino que también comprende la habilidad propia del gestor curtido en los intríngulis del centro hospitalario, sin duda una de las edificaciones más complejas en estructura y funcionamiento en las ciudades contemporáneas. En este contexto, el entrevistado explica la aportación del Máster de Arquitectura, Organización y Gestión de Infraestructuras Hospitalarias que ofrece el CEU-San Pablo cada curso académico y por el que ya ha pasado un buen número de alumnos a lo largo de media docena de ediciones.
El arquitecto Alfonso Casares.
 
Javier Barbado /  / IMAGEN: Archivo

¿Cuántas ediciones del máster se han celebrado y cuánto alumnos lo cursan?

La séptima edición ha comenzado el día 19 de septiembre. Siempre hemos tenido por encima de 15 alumnos, normalmente entre 20 y 24. Se trata de gente de promedio de edad de 40 años, es decir, no se trata de recién licenciados sino de personas ya inmersas en la gestión de los hospitales.

Por otra parte, con el tiempo, ha ido aumentado el número de alumnos procedentes de Hispanoamérica. Este año hemos tenido, por primera vez, un gran número de solicitudes de información de asociaciones hispanoamericanas y, de hecho, seis alumnos de diferentes países de esa procedencia cursarán el máster. 

¿Ha firmado la Universidad CEU-San Pablo algún acuerdo específico en este sentido?

No. LA CEU-San Pablo mantiene acuerdos con otras universidades iberoamericanas, pero nosotros, por así decirlo, no hemos utilizado esos caminos. Para el año que viene, vamos a preparar un máster on-line difundido principalmente en Hispanoamérica. Por otra parte, el máster presencial tiene la ventaja de que permite establecer un contacto muy directo de a gente que está en el curso con los profesores. Este año disponemos de 75 docentes distintos, y eso genera una gran visión global de las cosas porque, en los coloquios, en las mesas redondas y en las clases en general, intervienen mucho los alumnos y existe, en fin, una relación muy directa que es, a mi juicio, insustituible desde el punto de vista docente.

Pero, claro, también hay que pensar que la gente tiene que desplazarse aquí para cursar el máster presencial y eso nos lleva a desarrollar, casi seguro el año que viene, el máster on-line dirigido básicamente a los países iberoamericanos.

¿El presencial se imparte en Madrid?

Sí, así es: en el Centro de Posgrado del CEU que está en la calle Tutor número 35. Se trata de un día completo, los viernes, desde la diez de la mañana hasta la ocho de la tarde, y es todo presencial, efectivamente. Por lo general, la gente lo acaba muy satisfecha y el éxito ha sido una constante hasta el momento.

¿Cuánto dura?

En total, el máster dura un año entero, 36 semanas, y, en general, la asistencia es muy elevada y, como digo, la gente sale muy satisfecha porque adquiere una visión global del hospital desde el punto de vista de si configuración como edificio, urbanización… y de gestión como infraestructura sin olvidar cómo funciona, que sucede dentro de él… Es un máster bastante singular.

¿Y el precio? Ahora no solo la universidad privada los mantiene elevados: también la pública…

Cuesta 9.500 euros, pero tenemos seis becas y hay gente que nos proporciona otras desde el exterior. En general, disponemos de entre seis y ocho becas. Tenemos convenios con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, con hospitales, empresas… por lo general son convenios de carácter público a partir de las propias consejerías. La formación no solo se dirige a ingenieros (aunque son la mayoría), sino también a médicos, enfermeros, economistas, incluso ingenieros de distintas especialidades como industriales o de telecomunicaciones. Esto es, la visión del máster es bastante abierta y conduce a comprender de forma global lo que es y lo que tiene que ser un hospital.

¿Dónde se localizan las expectativas de empleo de quienes concluyen el máster?

Por un lado, en el sector del diseño y de la construcción de los hospitales. Pero también, por ejemplo, en los centros sujetos a concesiones, que necesitan técnicos sabedores de cómo funcionan, se integran y estructuran esta clase de servicios. Y luego está la gente que trabaja en la Administración. De hecho, hemos tenido [como alumnos] a varios jefes responsables de infraestructuras y directivos en general de los servicios de salud (de Osakidetza, Castilla-La Mancha, Madrid...). Y también directores médicos de hospitales para los que resulta muy importante entender cómo son los procesos de remodelación, construcción y organización de los hospitales.

Así que, por un lado, hablamos de profesionales dedicados al mantenimiento, diseño y seguimiento de la construcción, y, por otro lado, quienes se dedican a la gestión del hospital como edificio.

Pero, quienes cursan el máster, ¿ya trabajan en esos campos?

A menudo sí. Se trata de directores de hospitales, de planificación… De ese tipo de alumnos hemos tenido bastantes.

¿E ingenieros y arquitectos?

Sí, sin duda. Ha habido ingenieros industriales, de caminos, aeronáuticos… pues las especializaciones de las ingenierías a menudo no son de cálculo o de diseño sino más bien de organización y de gestión. En proporción de alumnos, primero se hallan los arquitectos; en segundo lugar, los ingenieros; después, profesionales sanitarios, abogados y economistas.

En el hospital, ¿dónde se ubica la figura del ingeniero?

Hay muchos en los servicios de mantenimiento e informática. En general, todo lo relativo de la infraestructura hospitalaria está en manos de ellos.

¿Y físicamente, a dónde acuden?

Bueno, los hay ubicados en las áreas correspondientes de gestión y dirección de los hospitales, por ejemplo en las áreas de mantenimiento. En el caso de estos servicios, los de mantenimiento, muchas veces se establecen conciertos con empresas y, al fin y al cabo, hay ingenieros controladores de esas concesiones que suelen permanecer en oficina técnicas de los hospitales.

¿Le parece adecuado externalizar estas prestaciones?

Parece razonable, pues una empresa que se dedique de forma específica a limpieza o mantenimiento puede hacer las cosas con la misma calidad y precisión que los servicios propios de la administración. Realmente, la función del hospital es curar, no dar buena comida. Eso corre a cuenta seguramente con más sentido de la eficacia y de la eficiencia por parte de empresas especializadas. De hecho, existen áreas en las que por descontado se procede a contratar a profesionales de empresas externas como es el caso de la electromedicina, pues no existe en la administración en muchos casos el personal adecuado.

En todo caso, la eficiencia instrumental del hospital es algo muy importante, y la tendencia a la externalización es clara en la asistencial pública.

¿Cambia el programa del máster este año?

Suele haber una variación muy corta, del 5-10 por ciento; algunos profesores han ido cambiando pero, en general, se mantienen. Hay desde gente dedicada al humanismo a médicos y otros profesionales reconocidos cuya dedicación intelectual abarca muchos ámbitos. Es imprescindible conocer los intríngulis del hospital para saber cómo diseñarlos.