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Lunes, 27 de abril de 2015  |  NÚMERO 7 Aņo I Acceda a nuestra hemeroteca
EXISTEN PROYECTOS, UNO ESPAÑOL, EN PRUEBAS
Primeros pasos para el robot-cirujano
La Universidad de Navarra busca financiación para una máquina asistente en cirugía del raquis
 
Javier Barbado. Madrid
El robot-cirujano todavía no se ha extendido en Medicina por la sencilla razón de que no resulta fácil reemplazar la habilidad del especialista humano en el quirófano. Sin embargo, existen prototipos de máquinas que han dado con la tecla para lograrlo en parte, entre ellos uno de origen español elaborado en la Universidad de Navarra por el equipo del ingeniero industrial Emilio Sánchez, y otro que por el momento obedece a un proyecto sin materializar por parte de Google y Johnson & Johnson.

En la primera imagen, el director de la Unidad de Innovación del Clínico San Carlos de Madrid. A continuacion, Emilio Sánchez, ingeniero industrial e investigador seniro del Departamento de Mecánica del CEIT de la Universidad de Navarra.

En el caso del primero, se trata de un auténtico aparato robótico por cuanto almacena y procesa información que, después, utiliza en función de la circunstancia del acto quirúrgico, aspecto que no puede decirse, por ejemplo, del célebre Da Vinci, que ejecuta órdenes humanas con gran precisión pero no dispone de autonomía programada antes de la intervención y utilizada por la máquina a partir de escenarios previstos.

¿Qué hace y para qué se emplea el nuevo dispositivo de robótica colaborativa? Se utiliza en cirugía de la columna vertebral y pretende hacer las veces de un asistente del cirujano, lo cual –han subrayado los expertos consultados por Redacción Médica– lo diferencia del Da Vinci o del Córdoba –por citar otro fabricado en España en la Universidad homónima a partir de un acuerdo basado en la compra pública innovadora–, que no toman decisiones propias en función de la información de que se les provee (el primer robot auténtico español con aplicación sanitaria si se repara en esta diferencia fundamental, se fabricó en la Universidad de Málaga y respondía a órdenes de voz, según ha ilustrado a este periódico el director de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Julio Mayol).

Previsible alargamiento de los plazos

Sánchez, por su parte, ha explicado que el robot en el que trabaja responde a un prototipo que, espera, esté validado en 2016 aunque también teme que los plazos se alarguen “del mismo modo que sucede con las fases que ha de superar un medicamento antes de ser aprobado”. En este caso, la máquina asistente se muestra capaz de ayudar a insertar tornillos ortopédicos a través del pedículo de una vértebra dañada y de las dos adyacentes.

“El robot sirve para planificar la operación en el despacho del médico por medio de imágenes preoperatorias gracias a la reconstrucción, en tres dimensiones, con ayuda de una tomografía axial computerizada o TAC”, ha precisado este ingeniero doctor en Robótica e investigador senior del Departamento de Mecánica del CEIT-IK4 de la Universidad de Navarra.

De modo que, una vez en el quirófano con el paciente in situ, este prototipo ofrece dos opciones al cirujano. O bien se sigue la planificación previa que memorizó la máquina por medio de imágenes de fluroscopía, o bien el propio especialista toma el mando si considera adecuada otra manera de resolver el acto. Pero si no sucede esto último, el robot se muestra en efecto capaz de dirigir al cirujano para la colocación milimétrica de la prótesis con el menor daño posible al paciente, librándole, asimismo, de radiación terapéutica innecesaria y protegiendo de ésta al profesional, amén de reducir otros riesgos y el coste global de la operación.

El proyecto que lidera Sánchez fue expuesto en la jornada de título Ingeniería e Innovación en el contexto de Los martes de Innobasque, que celebra con periodicidad la Agencia Vasca de Innovación.

El buscador más popular no revela su proyecto

En cuanto al proyecto en el que media Google, no se han dado a conocer detalles precisos que aclaren si se trata de un robot o de un teleoperador (la diferencia es la subrayada antes, es decir, el primero toma decisiones a partir de datos previos, en tanto que el segundo se base en un sistema maestro-esclavo que, a partir de la computación, amplifica las capacidades del especialista), según ha asegurado Mayol.

En todo caso, la tendencia que percibe este cirujano en el mercado mundial de la tecnología médica no apunta a desarrollar grandes plataformas robóticas sino, por el contrario, “pequeñas máquinas capaces de resolver tareas muy específicas”.

“Ha habido muchos intentos para crear grandes plataformas robóticas en cirugía laparoscópica y mínimamente invasiva [la que predomina en el uso, por ejemplo, del Da Vinci y del Córdoba], pero no se han logrado o documentado ventajas relevantes [respecto a la habilidad del cirujano] ni en la productividad, ni en el valor añadido, efectividad, eventos adversos o menores costes”, ha ratificado.