Política de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, también puede cambiar su configuración siempre que lo desee. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra política de cookies.

¿Quiere recibir la Publicación de Ingeniería Sanitaria en su correo de forma gratuita?
Jueves, 28 de mayo de 2015  |  NÚMERO 8 Año I Acceda a nuestra hemeroteca
ÚTILES PARA DIAGNÓSTICOS Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
Los biosensores médicos del futuro serán de grafeno
El material posee propiedades idóneas para la conectividad y elasticidad de estas herramientas
 

Redacción. Barcelona
Las propiedades del grafeno mejoran los nanobiosensores aplicados a la Biomedicina, el medio ambiente y la seguridad alimentaria, según expertos reunidos en Barcelona en el Icrea Workshop on Graphene Nanobiosensors, organizado por el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2).

Konstantin Novoselov, premio Nobel de Física en 2010 por un experimento con el grafeno.

Las principales temáticas tratadas en el congreso, que cuenta con el Premio Nobel 2010 de Física Konstantin Novoselov, giran alrededor de las tecnologías de producción de grafeno, las modificaciones y caracterizaciones de este material, plataformas de detección ópticas y eléctricas y sus aplicaciones en diferentes ámbitos.

En rueda de prensa, los organizadores del congreso, los profesores de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) Stephan Roche y Arben Merkoçi, han remarcado que el grafeno –similar al grafito pero con un espesor de un átomo– posee propiedades “múltiples y complementarias” por su flexibilidad, conductividad, sensibilidad y capacidad de interactuar con el tejido vivo.

Roche ha asegurado que el grafeno es un material no dañino para el cuerpo, ya que una vez realizada su función tiene facilidad en ser expulsado del organismo. Merkoçi ha subrayado que el congreso tiene un gran interés para ver cómo evoluciona el desarrollo de los biosensores, un campo emergente. Debido a las propiedades mecánicas de este material, en particular su flexibilidad y capacidad de detectar señales eléctricas de células biológicas, el grafeno ayudará a desarrollar una nueva generación de prótesis biomédicas para interacciones con el sistema nervioso, y por su versatilidad química y estructural podría utilizarse en innovadoras terapias de administración de fármacos.

Merkoçi ha puesto algunos ejemplos de ámbitos en el que el grafeno podría mejorar los biosensores como monitorizar contaminantes en el agua o el aire, detectar bacterias en alimentos o en el diagnóstico de enfermedades.

Por su parte, el profesor de la Universidad Técnica de Munich José Antonio Garrido ha resaltado las posibilidades de aplicar el grafeno a biosensores médicos por la facilidad para ser integrado como plataforma de electrónica flexible y ser biocompatible y ha apostado por ser capaces de desarrollar una tecnología que permita “una comunicación bidireccional con el tejido nervioso”.

Ha afirmado que el grafeno es atractivo para el desarrollo de implantes cocleares, de retina y para controlar miembros robóticos, para los que ya existen proyectos clínicos pero que no tienen todavía aplicación comercial.

‘Graphene flagship’

Stephane Roche ha subrayado la importancia de que el congreso se celebre en Barcelona porque permite reunir a expertos con las empresas productoras, y ha remarcado el proyecto europeo Graphene Flagship, que pretende llevar la investigación sobre el grafeno de los laboratorios a la sociedad.

El ICN2 colidera los paquetes de trabajo sobre espintrónica y tecnologías biomédicas del Graphene Flagship, y Roche ha pedido que Cataluña siga apostando por la innovación para que el conocimiento se pueda trasladar a productos comerciales.