Política de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, también puede cambiar su configuración siempre que lo desee. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra política de cookies.
CARLOS JIMÉNEZ ALONSO, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DEL COAIN | ||||
“La sanidad productiva o ‘lean’ no discrimina entre pública y privada” | ||||
Los ingenieros publican dos guías, una de ella dirigida a la producción eficiente de procesos | ||||
Javier Barbado / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Pamplona ¿Qué es el Coain? El Coain es la fusión entre el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid –de titularidad pública como cualquier otra entidad colegial profesional– y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid –privada, propiedad de los asociados, que coincidimos con los colegiados. Por así decirlo, fue una asociación creada desde el Colegio, al que está vinculada, que, como digo, no pertenece a la administración pública sino que su naturaleza es privada. El Coain, a la postre, es una marca comercial con la que nos presentamos en sociedad tanto en calidad de Colegio como de asociación. Tal asociación, ¿qué relación mantiene con la Española de Ingeniería Sanitaria? Son entidades totalmente diferentes. Nosotros, como Comisión, abordamos los asuntos de las diversas áreas por medio de secciones (como la de Medio Ambiente, Industria, Energía…). La Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH, de la cual también soy socio) aborda de forma más global la ingeniería y arquitectura hospitalarias en España. Ellos no tienen una aproximación endogámica de una sola profesión, y, de hecho, en ella estamos ingenieros y arquitectos de todo tipo. Tenemos la suerte, los vocales que conformamos la Comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria del Coain, de contar con el presidente de la AEIH, Luis Mosquera, a la postre ingeniero superior industrial. Como tal, podría ser arquitecto, pero entonces no formaría parte del Coain, ya que éste se dirige se circunscribe a los ingenieros industriales. Nosotros, con la AEIH, mantenemos sinergias que desplegamos juntos, colaboraciones… Como ha sido el caso de la Guía de Buenas Prácticas en Gestión, Mantenimiento y Equipamiento Electromédico, que hemos elaborado de forma conjunta en colaboración con dos entidades: HM Hospitales y el Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación (Sensar).
¿En qué consiste esta guía? Se trata de un documento que aborda las buenas prácticas en el mantenimiento de la gestión del ciclo de vida de un equipamiento médico o de un producto sanitario activo no implantable. Partimos de la adquisición y puesta en marcha, el mantenimiento, la seguridad del paciente e incluso el estudio de la obsolescencia y de la retirada y normativa relacionada con el residuo.
Intenta aportar una visión global de cuanto atañe a la gestión y el mantenimiento de un equipo electromédico desde la fase previa a su adquisición hasta la fase posterior a su retirada. Hemos participado miembros del Coain, compañeros de Osakidetza y de Madrid, y otros ingenieros industriales, y la hemos confeccionado en menos de un año. El kick-off', por así decirlo, tuvo lugar a finales de febrero de este año, y hemos invertido mucho tiempo libre, fines de semana incluidos, pero nos hemos volcado, en fin, en su redacción, diseño y maquetación. Y se dirige a todo aquel que tenga que gestionar equipamiento electromédico en España o en cualquier país de habla latina. Hemos publicado también una guía TPM en Sanidad que se insertará, en formato digital, junto con la de Buenas Prácticas. Ambos son documentos vivos y abiertos a toda colaboración para futuras ediciones. Pero, en principio, hemos buscado el desarrollo de un documento amplio inexistente hasta la fecha. Y que alguien que entra en el sector lo utilice como punto de partida e incluso que los profesionales que llevan mucho tiempo puedan recurrir a parte de lo que ahí se muestra. La guía incluye prácticas de gestión, cuadros de mando, organización industrial, inventarios, sistemas de cálculo de disponibilidad y fiabilidad… De hecho, incluye un capítulo en el que, como ingenieros, no hemos podido evitar poner ecuaciones, así que nos hemos mostrado en nuestra esencia. Es el capítulo tal vez más árido de abordar pero creo que es muy interesante. ¿La han escrito solo ingenieros? No. Nosotros, desde la ingeniería, somos un servicio de soporte. Lo que predomina en el Sistema Nacional de Salud es el cuidado de los pacientes, el cual lo desarrollan los facultativos. La tecnología sanitaria no ha de ser un fin en sí mismo, sino un medio. Es verdad que a los ingenieros nos encanta la tecnología per se, pero lo cierto es que una resonancia magnética no se puede reducir al interés de cómo interaccionan los campos magnéticos con los tejidos del organismo: su principal objetivo es el diagnóstico.
Por eso hemos incorporado a médicos en la redacción de la guía. Para que la guía recogiera también la sensibilidad del porqué [del mantenimiento del equipo]. En concreto, la Sensar ha redactado de forma íntegra el punto sobre seguridad del paciente. Ellos hacen un barrido del impacto de la tecnología sanitaria en las unidades de Anestesia y Cuidados Críticos, donde se ubican. Entendemos que los aspectos básicos que se esbozan en ese campo son transferibles a cualquier otra especialidad asistencial, sea Radiología, Nefrología, diagnóstico por la imagen o lo que fuere. No puede ser de aplicación obligatoria porque nosotros no tenemos competencias para legislar. Se trata de una guía que, esperemos, sirva de referencia. Por ejemplo, a la hora de conservar un equipo, se detalla cómo hacerlo para que conserve las prestaciones que ofrece su fabricante durante su vida útil. ¿Qué significa esto? Que se vigila que cumpla lo estipulado en el mercado, como la circular 3/2012, las recomendaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) o la normativa 20:9001, que también hace referencia a la electromedicina.
¿Detectaron, pues, una laguna en la gestión de equipos electromédicos?
Para contestar a esa pregunta déjeme que, antes, le explique cómo funciona la Comisión a la que pertenezco. Estamos muy descentralizados, la organización es muy plana y se trata de una agrupación de pares, como dirían los británicos; se busca la implicación de todos sus miembros y las iniciativas están asociadas siempre a un responsable que, hasta ahora, siempre ha sido el que ha propuesto la idea. Se trata de que la gente trabaje activamente, desarrolle sus iniciativas y no se limite a sugerirlas, y, al promoverlo, se lleve los réditos obtenidos.
¿Cómo se va a difundir el documento? Entre la AEIH y el Coain vamos a imprimir, en total, 1.400 copias, lo cual no es poca cosa para ser algo tan específico y técnico. Y en digital, como digo, estará disponible para todo el que quiera, sin obviar las redes sociales como Linked-in. Confiamos mucho también en el boca-oreja. Hábleme del otro manual, el de TPM en sanidad: ¿de qué se trata?
Es fruto de la iniciativa de otra compañera vocal de la Comisión, Isabel Muñoz, coordinadora de Logística y Almacenamiento de la Fundación Hospital-Calahorra y CEO de Osenseis, que es una asociación que ella formó con otros profesionales para democratizar el mundo lean, que es, por así decirlo, la estrategia de marketing que utiliza el sistema de producción de Toyota: despliega una serie de herramientas que ayudan a potenciar la eficiencia operativa, eliminar las bolsas de ineficiencia y lo que se llama muda o desperdicio. Este trabajo, bautizado entre nosotros como guía rápida, posee una estructura diferente a la del otro manual porque está desarrollado como compendio de artículos de diferentes empresas que exponen experiencias en el mundo lean. Se ha hecho con la colaboración de Dräger y la lanzamos ahora también con carta, al final, de Luis Mosquera, y con artículos de personas como Mercedes Carreras Viñas, subdirectora general de Atención al Ciudadano y Calidad del Servicio Gallego de Salud.
La guía pretende ahondar en un punto que también se trata en el manual de buenas prácticas, y que es la metodología de la gestión por procesos. Intenta mostrar cómo se puede trabajar desde otra perspectiva para garantizar el sostenimiento del Sistema Nacional de Salud no solo por la vía de los recortes en sueldos, salarios y precios unitarios, sino también trabajando las ineficiencias e intentando hacer más con menos, es decir, optimizar los procesos productivos en todo momento. En el sector servicios existe un gran potencial para el desarrollo de iniciativas que persigan mejorar la eficiencia del sistema. De hecho, Isabel Muñoz, que ha participado en diversas ponencias en el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, ha expuesto hace poco cómo, en la experiencia implantada en la Fundación Hospital de Calahorra conforme a la filosofía lean, se logró un ahorro de tres cuartas partes de los costes. Lograron mejorar mucho la calidad disminuyendo el gasto. La fórmula jurídica propia de una fundación, en este caso la de Calahorra, ¿permite hacer realidad ese método de trabajo lean? Entendemos que no. La especial sensibilidad de quienes trabajan en la Fundación Hospital de Calahorra les ha llevado a desarrollar la experiencia lean, pero no son los únicos. Hay un libro, de hecho, de Santiago Nofuentes [director de Lean Sanidad], Lean Healtcare, que narra proyectos con ese método desarrollados en el mundo asistencial. |