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Lunes, 30 de mayo de 2016  |  NÚMERO 19 Año II Acceda a nuestra hemeroteca
ORDENAN EL FLUJO DE ENERGÍA Y ELIMINAN LAS DISTORSIONES
La electricidad del hospital se filtrará con supercondensadores
Compite en ese cometido con la tecnología del grafeno
Javier Barbado. Madrid
Todavía no han hecho más que probar su eficacia en unos pocos centros sanitarios. Sin embargo, la capacidad de ahorro energético de los supercondensadores de flujo eléctrico se postula como una innovación revolucionaria en los hospitales españoles que, de aquí a 2020, deben reducir de forma drástica su consumo de luz y electricidad para adaptarse a las prerrogativas de la Unión Europea.

Javier Aranda, propietario de Empresa Energética EfE, fabricante del producto.

 
Por esa razón, se trata de una tecnología que los ingenieros sitúan a la altura de otras innovaciones revolucionarias como, por ejemplo, el grafeno, material muy caro pero capaz de filtrar el suministro eléctrico y limpiarlo de turbulencias como los llamados armónicos, utilidad que también se le atribuye a los supercondensadores.

Según ha explicado a Publicación de Ingeniería Sanitaria el propietario de Empresa Energética EfE, Javier Aranda, se trata de una solución con aplicaciones muy variables pero cuyo cometido fundamental no es otro que acondicionar la corriente eléctrica que alimenta un edificio eludiendo las distorsiones –muy frecuentes donde se utilizan aparatos electromagnéticos como los hospitales– y haciéndolo, además, con suficiente garantía de seguridad.

Para Aranda, la tecnología del supercondensador en el ámbito de la sanidad ofrece este último recurso como principal baza, pero también se confirma como una manera idónea de amoldar el consumo de energía a los estándares comunitarios.

“Hemos hecho una aplicación muy concreta que consiste en dotarle de una electrónica con energía trifásica, de manera que interconectamos hasta tres de ellos, uno por fase, lo cual se traduce en un efecto equivalente al de la ley física de los vasos comunicantes”, ha explicado para referirse a cómo nivelan el uso de la electricidad.

Según este directivo, cada supercondensador recibe la información de cómo está la fase a la que se encuentra conectado, y, en función de ello, se producen una serie de ajustes que, en conjunto, potencian los efectos que hace per se cada uno de ellos por separado.

“Este equipo sirve para mejorar la calidad eléctrica ya que, en condiciones normales, la red y el flujo eléctricos arrastran problemas de todo tipo como, entre otros, descompensaciones, perturbaciones y cargas armónicas; así que el equipo trifásico actúa ante ellos y consigue aumentar la vida útil de las instalaciones de forma muy significativa; además hace bajar la temperatura y eso reduce el consumo de acuerdo con la ley clásica de Joule”, ha revelado.

Su instalación no requiere de cortes en el suministro

Otra de las ventajas del supercondensador reside en que su instalación no requiere de cortes en el suministro, ya que se trata de un equipo que se conecta en paralelo, no en serie, por lo que no hay riesgo de que se pueda cortar aquél al estar fuera de la red, de modo que cualquier incidencia en su funcionamiento no afectaría al conjunto.

“Se instala con facilidad al no tenerse que cortar la luz; va en paralelo, se monta en el cuadro y se conecta hasta un diferencial; además, su duración es muy prolongada, ya que no sobrecalienta ni se desgasta –carece del llamado ‘efecto batería’–, y se estima que puede rebasar los 20 años”, ha concluido.

Un modelo funciona en el Hospital Fundación Alcorcón de Madrid

Uno de los hospitales públicos que ha instalado esta clase de supercondensadores, la Fundación Alcorcón de la Comunidad de Madrid, prueba algunas de las ventajas esgrimidas, entre ellas la del ahorro de energía a lo largo del año que lleva en marcha, según ha confirmado a este periódico el responsable de Infraestructuras, Rodolfo Grande.

Imagen del supercondensador instalado en la cocina de este hospital.

Este ingeniero puntualiza que la idea del supercondensador la sugirió la propia Empresa Energética EfE con muy buenos resultados hasta el momento que la postulan como “una de las muchas soluciones de ahorro energético” que se emplean en los hospitales adaptada a unas dimensiones específicas y con un futuro en el sector “que podría ser” prometedor.

“Nosotros tenemos tres grandes centros de instalación que generan 15.000 voltios y 9.000 kadeas de electricidad; en todo caso, ellos lo han dimensionado para este cuadro, situado en la cocina del hospital, y ha dado buen resultado”, ha corroborado.

Por su parte, el subdirector de Infraestructuras y Servicios Generales del centro madrileño, el también ingeniero José Luis de los Frailes (véase la entrevista principal de este número) ha coincidido en que se trata de un filtro trifásico del suministro eléctrico cuya principal ventaja reside en su ahorro de energía y, además, en su capacidad para suprimir distorsiones “de dentro y de fuera” al flujo de electricidad que alimenta el hospital.

Una característica que no resulta baladí si se repara en la cantidad de equipos electromédicos que funcionan en cualquier edificio sanitario de forma permanente, y que refuerzan la idea de que la eficiencia energética que exige la Unión Europea llevará consigo ventajas muy importantes para la economía de cada país, por muy elevado que sea el esfuerzo necesario para trasponer las directivas comunitarias a la legislación nacional y, ante todo, conseguir que todo el mundo las cumpla.