Política de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, también puede cambiar su configuración siempre que lo desee. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra política de cookies.

¿Quiere recibir la Publicación de Ingeniería Sanitaria en su correo de forma gratuita?
Lunes, 19 de enero de 2015  |  NÚMERO 4 Aņo I Acceda a nuestra hemeroteca
EL ‘MÉTODO LEAN’ GANA ADEPTOS EN LA COMUNIDAD SANITARIA
Gestionar la sanidad como se gestionan los coches
Los ingenieros aplican la filosofía de fabricantes de automóviles como Toyota al sector de la salud
 

Iñaki González, técnico de Gestión de Recursos Humanos de la Fundación Hospital de Calahorra.

Javier Barbado. Madrid
Acaba de publicarse en España el primer monitor de reputación sanitaria (MRS) verificado del que se tiene constancia, que ha sido elaborado por el instituto Análisis e Investigación y financiado por Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco). En este informe, se muestran dos rankings que desvelan quiénes son los médicos más reconocidos del sector sanitario del país por especialidades y cuáles los mejores centros hospitalarios. Pero no se habla en ningún caso de los gestores y de su actividad en los centros. Una laguna que no se sostiene si se repara en que son ellos quienes pueden cambiar la manera de trabajar de los profesionales y, por ende, la calidad de la atención que brindan los hospitales.

De hecho, la gestión inadecuada de los complejos asistenciales, que parte de los políticos en la sanidad pública española, se ejecuta por los directivos y se vive cada día por los trabajadores de la salud, encierra la raíz del mal que padece el Sistema Nacional de Salud (SNS) desde su creación: la dificultad para mantenerse en el tiempo con una economía solvente. Al fin y al cabo, los hospitales deben rendir cuentas del uso de sus presupuestos del mismo modo que deben hacerlo las empresas de cualquier otra índole. Y, bien mirado, aquéllos son equiparables a una fábrica donde la plantilla de profesionales hace posible el producto final, en su caso la salud de los pacientes, de forma muy similar, en algunos niveles como el de las áreas de mantenimiento, a la cadena clásica de la producción industrial, ésa que idearon, a comienzos del siglo XX, Frederick Taylor y Henry Ford.

Isabel Muñoz, coordinadora logística de la Fundación Hospital de Calahorra.

Pero antes de que el médico vocacional que lea estas líneas se lleve las manos a la cabeza (es de sobra conocida la antigua visión del jefe de Servicio, por ejemplo, como maestro al que se debe veneración y obediencia ciegas, concepción que dista mucho de admitir el símil de una fábrica de productos), debe advertirse que, desde hace tiempo, hay quienes se han atrevido a aplicar al entorno sanitario una manera de entender la producción bautizada como lean y que coincide con la fórmula de trabajo aplicada, de forma original, en los centros de la conocida marca japonesa de automóviles Toyota.

Ésta, en realidad, puso su propio nombre a la manera de hacer las cosas con más eficiencia a partir del diagnóstico del problema por medio de la observación, primero, y de la corrección de aquellos pasos del proceso constructivo que se detectan como desperdicio o ausencia de valor añadido por parte del profesional, en segundo lugar. En poco tiempo, el Toyota Production System se convirtió en un referente mundial para desengrasar la actividad productora de las empresas y optimizar tanto su rendimiento como el bienestar de los profesionales (de ahí la palabra lean, que significa magro o carente de grasa desde el punto de vista etimológico).

Dos ingenieros, pioneros en el ‘lean’ para la salud

Bruno Juanes, director regional de Everis Business Consulting Latam.

De un tiempo a esta parte, ha trascendido, en la sanidad pública española, la iniciativa de llevar a la práctica esta manera de gestionar la atención del paciente por parte de dos emprendedores: Iñaki González e Isabel Muñoz, técnico de Gestión de Recursos Humanos y coordinadora logística, respectivamente, de la Fundación Hospital de Calahorra (La Rioja). Su experiencia con la filosofía lean en este centro merece la pena ser recordada.

Publicada en 2010 en la revista Forum Calidad, la contribución de ambos al mundo de la gestión sanitaria no ha pasado desapercibida (de hecho, se les cita de manera sistemática cuando se escribe sobre producción eficiente basada en este método, como es el caso) pero acaso no se la ha reconocido, todavía, por su trascendencia. Con todo, los responsables de los servicios de salud autonómicos españoles aplican, muchas veces sin saberlo, estrategias de ahorro que bien merecen la denominación lean, como sucede con la reducción de gastos debida a la informática de la salud, las centrales de compras unificadas para varios hospitales o las fórmulas de gestión público-privada de los centros que ya han demostrado su coste-eficiencia.

Jordi Varela, experto en gestión clínica.

En todo caso, la enseñanza de González y Muñoz en la referida fundación (institución pública que funciona gracias a uno de estos modelos gestores utilizados en el SNS desde los años 90, que le confiere cierto grado adicional de autonomía y mayor eficiencia en sus objetivos) demostró cómo un sistema rotatorio del personal de mantenimiento lo convertía en polivalente para las diversas tareas de la unidad dirigida por esta última, la encargada del aprovisionamiento del centro. Un hallazgo muy simple, pero que redundó en el ahorro que supuso no contratar a más personal para las mismas tareas y, al tiempo, la satisfacción del contratado por los resultados obtenidos.

Esta faceta del lean, la que atañe al rendimiento del trabajador y a su estado de ánimo, se consigue si se observa el problema y se cambia la manera de trabajar, cosa que ha funcionado en la industria automovilística (y en muchas otras) y, en lo que se refiere a la sanidad, en las áreas no asistenciales como la descrita.

Pero no pocas voces –entre otras, las de los dos protagonistas citados– han dado el paso siguiente y se han preguntado si la solución será también válida para mejorar la asistencia de los enfermos, a fin de cuentas la verdadera finalidad de toda organización sanitaria.

Existen algunos casos, todavía pocos, que lo confirman. Por ejemplo, los proyectos iniciados en el Consorcio Sanitario Integral de Cataluña, de los que ha escrito Bruno Juanes, director regional de Everis Business Consulting Latam: “Hemos tenido la oportunidad de ponernos manos a la obra y practicar este enfoque en dos áreas: la unidad de endoscopias digestivas del Hospital General de l’Hospitalet, y, de forma parcial, con la unidad de camilleros del mismo centro”. “Ambas experiencias –continúa– nos han permitido revelar el potencial que encierra el lean aplicado al ámbito asistencial y gracias a ellas se está empezando a trabajar con la Dirección en la utilización de este enfoque para dar soporte a las actividades del Plan Estratégico”.

La idea de este método, ¿nace del mundo de los ingenieros?

Aunque los mandos intermedios y las altas direcciones de los hospitales suelen responder al perfil del médico o sanitario, sin embargo son los ingenieros, industriales para más señas, los que primero han difundido el término lean en la sanidad española.

Como última prueba al respecto, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (Coiim) acaba de publicar un manual que recoge experiencias de uso de este método en entornos asistenciales como el mantenimiento de los hospitales o los protocolos utilizados en los quirófanos, elaborado en colaboración con Dräger y que se titula TPM en Sanidad. El Mantenimiento Lean para mejorar la seguridad del paciente.

En este manual se añade a la filosofía ideada por los empresarios de Toyota “una serie de procedimientos y metodologías desarrollados para asegurar que cada máquina, en un proceso de producción, esté siempre disponible para las operaciones que le son requeridas”. Una definición que demuestra su utilidad para el hospital, organización que funciona las 24 horas del día y que no se permite dejar de asistir al enfermo por falta de medios para ello.

Los directivos españoles pregonan, sin nombrarla, la filosofía ‘lean’

La Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) ha publicado una serie de “recomendaciones para garantizar la sostenibilidad de los servicios sanitarios públicos”, la tercera de las cuales alude, de forma indirecta, a los principios de la filosofía lean, pues reza así: “Para conseguir la eficiencia se debe ajustar la estructura (plantillas y centros) como se está haciendo en todas las comunidades autónomas; pero, además, es imprescindible actuar sobe los procesos para conseguir la eficiencia de los mismos que, según la evidencia disponible, supone un margen de mejora importantísimo, que además de mejorar la eficiencia del sistema vía ahorro de costes, procesos innecesarios y eliminar el desperdicio, también nos aporta el valor añadido de mejorar la calidad de la atención y la seguridad del paciente”.