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Lunes, 28 de septiembre de 2015  |  NÚMERO 11 Año I Acceda a nuestra hemeroteca
 
Evolución de los costes energéticos
Una reflexión sobre las condiciones ambientales y de climatización reglamentarias

Por José Luis López González, vocal de la Junta Directiva de la AEIH
 

Los nuevos hospitales construidos en la última década se caracterizan por un incremento sustancial de las ratios de superficie construida para una misma cartera de servicios y camas de hospitalización. Se hicieron, además, utilizando las tecnologías del momento y aplicando, en términos arquitectónicos, en algunos casos, criterios de diseño bioclimático; implementando, también, medidas pasivas en el diseño, envolventes de mayor protección, etc., medidas todas ellas tendentes a una reducción del consumo energético.

José Luis López es vocal de la Junta Directiva de la AEIH.

En Ingeniería se aplicaron sistemas activos, destacando la instalación de equipos de producción energética e instalaciones eficientes, sistemas de iluminación de bajo consumo y gestión informatizada del conjunto, maximizando la implantación de medidas de ahorro y de eficiencia energética. Hay que destacar, también, la escasa o nula implantación de energías renovables, salvo las exigidas reglamentariamente en el Código Técnico (Solar térmica y Fotovoltaica).

Un punto clave en los tiempos actuales lo constituye, asimismo, la sostenibilidad del edificio, entendiendo por tal no solo la ambiental, sino también la económica; por tanto, la eficiencia energética debe ser contemplada en términos de sostenibilidad.

Ahora bien, las medidas de eficiencia energética descritas no logran minorar el consumo energético de estos hospitales, sino que, más bien, se puede afirmar que se incrementan las ratios de consumo energético referidas a kilovatios por hora (kWh) por superficie construida y por año (kWh / m2 al año).

De los datos obtenidos de varios hospitales puestos en marcha en los últimos años, se deduce que, en la mayoría de los casos, el consumo energético se sitúa en alrededor de 300 kWh / m2 al año. Aunque es perfectamente conocido por los profesionales del sector que una parte de este consumo se deriva de la actividad productiva propia del hospital y de los sistemas logísticos necesarios para su funcionamiento, sí es cierto que el ‘grueso’ del mismo ‘se va’ en la climatización del edificio.

La climatización del hospital cumple, de hecho, con dos objetivos principales: el primero, como resulta obvio, consiste en mantener los estándares de confort, y el segundo y principal es el de mantener las condiciones de seguridad ambiental en el hospital y, principalmente, en las unidades asistenciales criticas.

Tomando como referencia el  Estándar de Certificación Passivhaus corregido para climas europeos soleados o cálidos, las Directivas Europeas 2010/31/UE y 2012/27/UE que se plantean en el horizonte del año 2020 según las cuales los edificios deben ser de “consumo de energía casi nula” (2018 para los edificios de titularidad pública), y contrastando esa información con los datos de consumo de los hospitales actuales, se puede afirmar que nos hallamos lejos de llegar a las ratios establecidas en Passivhaus y de poder alcanzar los objetivos de la directivas europeas referenciadas.

Los parámetros apuntan al consumo energético

Resulta evidente que las condiciones ambientales y las exigencias de climatización definidas en la actual legislación y normativas técnicas al respecto (RITE, UNE 100713, UNE 171340, UNE 100012, etc.) en las que se definen en términos cuantitativos parámetros (o rangos de parámetros) estrictos por cumplir (como temperatura, humedad, renovaciones, caudal, tanto por ciento de aire exterior, clasificación de salas, microbiología ambiental, etc.), inciden sustancialmente en el consumo energético, si bien es cierto que estas variables también influyen en la seguridad ambiental de las áreas.

De la literatura científica revisada no se han encontrado artículos concluyentes que determinen que dichos valores y rangos permitidos son los correctos, y una modificación del rango o de los valores, por pequeña que sea, pueda suponer un incremento del riesgo y no ser asumible en términos de seguridad ambiental y de control de la infección nosocomial.

Por todo ello, animo a los profesionales del sector a abrir líneas de investigación en este campo, que estoy seguro que llevarán a resultados que permitirán una mayor eficiencia energética sin menoscabo de la seguridad. 


José Luis López González es vocal de la Junta Directiva de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH). Es ingeniero y máster en Arquitectura Sanitaria. jluis.lopez.gonzalez@sergas.es