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Viernes, 24 de julio de 2015  |  NÚMERO 10 Año I Acceda a nuestra hemeroteca
JAVIER GUIJARRO, INGENIERO Y DIRECTIVO DEL SERMAS                
“En solo cinco años la neuroimagen marcará un antes y un después”
La tecnología y su uso eficiente marcan las prioridades de las ciencias de la salud
 

Javier Barbado. Madrid
Ingeniero industrial y responsable del Área Logística y de Aprovisionamiento del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Javier Guijarro analiza los planes de eficiencia y ahorro de energía en la comunidad autónoma, que comenzaron a partir de la idea y el trabajo del equipo que lidera en los hospitales Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y La Paz de la capital, y se ha extendido a otros centros, entre ellos La Princesa, que acaba de adjudicar ese cometido a una de las cuatro empresas que se han presentado al concurso de licitación. Por otra parte, se muestra convencido de que, en solo cinco años, las técnicas de neuroimagen revolucionarán la ingeniería biomédica y sus aplicaciones en el sector de la salud, y razona por qué cada hospital necesita una visión única por parte de los ingenieros y otros especialistas en el uso eficiente de los recursos.

Javier Guijarro explica el Proyecto Horizonte 2020.

¿Qué estrategia de ahorro energético sigue la sanidad de Madrid?

El Plan de Ahorro Energético en la Comunidad de Madrid se inicia en 2012 y pretende desarrollar una serie de líneas estratégicas en materia de eficiencia energética para resolver las necesidades que tienen los centros en este aspecto y potenciar así proyectos específicos.

Existen dos modalidades totalmente diferenciadas. La primera, de ahorro compartido o de retribución por ahorro, está dirigida a aquéllos centros sanitarios cuya necesidad es de una pequeña inversión y que se pueden vincular, desde el punto de vista contractual, con empresas privadas por medio de contratos de servicios de entre dos y cuatro años de duración según su capacidad inversora.

Desde 2012, hemos acometido actuaciones en esta línea en siete centros sanitarios, los cuales se encuentran, ahora mismo, en pleno funcionamiento. Comenzamos por el Hospital de El Escorial, seguimos por el Hospital de la Fuenfría, el de Santa Cristina, el de Guadarrama, el Niño Jesús, el Psiquiátrico José Germain de Leganés, y, por último, el Hospital de Virgen de la Poveda.

Las actuaciones que hemos realizado en estos centros se definen en dos líneas. Una primera relacionada con la eficiencia eléctrica en materia de alumbrado, y una segunda vinculada a la regulación de climatización.

Los ingenieros, recuerda el entrevistado, son asesores.

En este momento, todos los proyectos se encuentran en marcha y estamos validando, por medio de unos planes de medida y verificación que teníamos establecidos con las empresas que fueron las adjudicatarias, los resultados que se preveían y los que se están obteniendo. Y, en este sentido, hemos de decir que, hasta ahora, esos resultados están un poco por encima de las previsiones que habíamos hecho inicialmente. Esperamos que, en el futuro, esta clase de modalidad de contratación para eficiencia energética, se pueda extender a otros centros sanitarios que estén necesitados de actuaciones técnicas tanto en materia de alumbrado como de climatización.

¿Hablamos de tecnología de iluminación led, por ejemplo?

En materia de alumbrado hablamos de aplicación de tecnología, entre otras, por supuesto, la diódica. Pero ésta no siempre es la que da la solución a los problemas que tenemos gestión de materia energética; en otros casos, haremos uso de regulaciones electrónicas o bien colocaremos algún tipo de luminaria acorde con lo que se necesite.

¿Cuánto se ahorra con la tecnología led?

Con la tecnología LED se proponen ahorros energéticos de entre el 30 y el 35 por ciento del consumo actual.

Aparte, una serie de hospitales han desarrollado un plan de gestión integral de la energía, ¿en qué consiste?

El proyecto de eficiencia energética es en realidad un trabajo integral. Se centra en actuaciones técnicas, entre otras en materia de alumbrado. En este sentido, le damos una gran importancia al clima, a su regulación y a la de los equipos de producción frigoríficos o térmicos, que permiten optimizar los recursos y una mayor rentabilidad de su funcionamiento.

Pero me refiero al proyecto iniciado en el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y en La Paz de Madrid.

Se trata de dos líneas estratégicas, en materia de eficiencia, desarrolladas por la Consejería de Sanidad. La segunda, a la que nos referimos aquí, recibe el nombre, que le dimos nosotros, de gestión de demanda energética; el nombre técnico, por la vinculación contractual que posee de acuerdo con el Real Decreto de la Ley de Contratos del Sector Público, es un contrato mixto de suministros y servicios.

Madrid se sitúa a la cabeza en eficiencia hospitalaria.

Aquí se pretende ser un poco más ambiciosos en el desarrollo del plan de actuación que vamos a hacer en el centro. En primer lugar, nos encontramos con un proyecto que requiere de grandes inversiones, y, por ello, se define un modelo de contrato, en este caso el mixto, que vincula a la Administración con las empresas privadas (en especial de servicios energéticos) durante más tiempo (al ser mayor la inversión), y nos obliga a que las actuaciones que se acometen ya no están centradas solo en materia de alumbrado y de climatización, sino que entramos a un abanico más amplio: desde el análisis de los equipos, envoltura del edificio, encerramientos…

Se parte del mismo análisis de viabilidad del centro, pero, a partir de ahí, las actuaciones técnicas poseen un rango más elevado que en el caso anterior. En esta línea, hemos acometido actuaciones, desde la Consejería, en dos hospitales: el Universitario de Alcalá de Henares, y, en segundo lugar, el Universitario de La Paz. Estos proyectos se encuentran, en la actualidad, en ejecución; se han formalizado y adjudicado los contratos. Nos quedan otras dos actuaciones programadas en el Hospital de La Princesa y en el Severo Ochoa de Leganés, los cuales se encuentran en fase de adjudicación en este mismo mes.

El día 8 de julio se hizo la apertura económica en el Severo Ochoa para este proyecto, y el día 16 en La Princesa (se han interesado, en concreto, cuatro empresas).

¿Cómo ha ido?

Se han superado las expectativas. En el caso del Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, sobre el valor de licitación, que partía de un 5 por ciento de ahorro del consumo energético que tenía el centro en la actualidad, se obtuvo una reducción del 17 por ciento en las ofertas económicas, y, en el caso de La Paz, partiendo de una base de referencia idéntica, se obtuvo un ahorro sobre el valor de licitación del 31 por ciento. En cuanto a la última referencia de que disponemos, la del Severo Ochoa, la oferta más económica en la apertura económica tuvo como valor de referencia una bajada del 30 por ciento. Se han superado las expectativas que teníamos.

El enntrevistado, en su despacho, en un momento de la entrevista.

¿Qué se propone la Consejería?

La intención de la Consejería de Sanidad, y del Servicio Madrileño de Salud, es dar continuidad a este tipo de proyectos, en especial a la base de la toma de decisión, que no es otra que realizar auditorías energéticas en los diferentes centros para ver las necesidades reales que tienen. Es decir, la auditoría revela el uso de los recursos del hospital, las inversiones que deben realizarse, la obsolescencia de los aparatos, etc.

¿Por qué los proyectos de eficiencia se aplican de forma individual a cada hospital en lugar de fijarse requisitos comunes para todos?

La respuesta a eso es muy sencilla. Cada hospital tiene un diseño, un tamaño, unas instalaciones, un tipo de maquinaria, una funcionalidad, y, en base a eso, no puedes hacer un proyecto genérico para dar soluciones individuales.

Por esa razón, es necesario hacer un análisis particularizado de las necesidades que tiene cada centro, de sus instalaciones disponibles, y, en consecuencia, adecuar los proyectos a esas necesidades e instalaciones. Es inviable pensar que un mismo modelo puede dar solución a todos los demás.

Las fórmulas de gestión por las que se rige cada hospital (PFI, PPP, fundaciones…), ¿condiciona el plan energético que se le aplica?

No. La eficiencia energética no tiene en cuenta el tipo de gestión o de modalidad del centro sanitario. Los apellidos que se pongan detrás, o el tipo de vinculación que tenga ese centro sanitario (gestión directa o cualquier otra) nada tiene que ver para que sean o no eficientes.

De hecho, en este caso, tanto a los hospitales que son empresas públicas como a los que son de gestión directa tradicional, se les aplica los mismos proyectos de eficiencia energética.

En el caso de las empresas públicas, se realizan con el Plan de Infraestructuras 2004-2007, y, en consecuencia, se les considera hospitales novedosos (sus instalaciones tienen poco tiempo) frente a otros como, por ejemplo, La Paz, que tiene más de 50 años. Por lo tanto, la situación y datos de partida son totalmente distintos. Sin embargo, el programa de eficiencia energética es de igual aplicación para todos los centros sanitarios.

Tras el cambio de gobierno en Madrid, ¿qué objetivos prioritarios se fija la política energética de la comunidad autónoma?

Se trata de realizar auditorías energéticas en aquéllos centros que no han entrado en esta primera fase de desarrollo de plan de eficiencia. Después, se tomarán las decisiones que correspondan con arreglo a la nueva estructura y líneas de desarrollo.

Javier Barbado, redactor-jefe de Publicación de Ingeniería Sanitaria, entrevista a Javier Guijarro en su despacho del Sermas.

¿Se asignarán esas auditorías a empresas privadas?

Se pueden hacer con recursos propios, como se ha hecho en algunos casos. En la actualidad, la Consejería de Sanidad dispone de un grupo de técnicos que están capacitados para evaluar cuál es el análisis energético de su centro sanitario. Es decir, no necesariamente se tiene que abrir la colaboración con empresas privadas para acometer el análisis y las auditorías energéticas.

Sin embargo, sí entra en el papel de la empresa privada lo que tenga que ver con la adjudicación del procedimiento administrativo en cada caso.

Por último, como ingeniero y profesional experimentado en la Administración, ¿qué entrevé como el futuro de la tecnología de la salud?

Hay temas que nos superan en la actualidad. Todos los asuntos que están vinculados a la nanociencia y a la nanotecnología están por llegar. Se desconoce el poder técnico y transmisor de muchos materiales.

Nos hallamos a la puerta de una gran revolución que se va ir plasmando, en los próximos años, en materia de equipamiento tecnológico. Ahí va a ser donde más lo vamos a ver, en concreto en materia de diagnóstico con neuroimagen y, después, en el resto de ramas. Pero en los próximos cinco años vamos a visualizar cosas que hoy desconocemos.

¿En solo cinco años?

Sí. Vamos a tener la disponibilidad, sobre todo en neuroimagen, que va a marcar un antes y un después.