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Lunes, 22 de febrero de 2016  |  NÚMERO 16 Año II Acceda a nuestra hemeroteca
EDITORIAL
El perfil emergente
 
 
Si existe un campo de la Ciencia con visos de sobresalir del resto en el tercer milenio incluirá, de una manera u otra, a la Biomedicina. Y si la manipulación de la materia en su beneficio caracteriza al hombre-ingeniero, el mundo de la Biología Molecular se revela como su hábitat natural en las décadas venideras.

Por eso el ingeniero biomédico emerge como la especialidad, dentro del ramo común del oficio, que más papeletas suma para predominar en el sector de la salud y hacerlo en un terreno cada vez más familiar para el perfil profesional que atañe a los lectores de este periódico: el laboratorio o banco de pruebas por excelencia de los científicos. No en vano, estos ingenieros estrenan sus titulaciones especializadas o incluso acuden, en calidad de estudiantes, a rotar por los distintos servicios hospitalarios exactamente igual que lo hacen, por ejemplo, los estudiantes de Medicina.

De hecho, en este mismo número se recogen diversas informaciones que apuntan a la mano del ingeniero biomédico, que a menudo pasa desapercibida pese a tratarse de la verdadera creadora de la idea que salva al paciente.

Así sucede con la prótesis de titanio adaptada a la caja torácica que ha creado un equipo de profesionales, entre ellos un ingeniero que Publicación de Ingeniería Sanitaria tratará de localizar para entrevistarlo en próximas ediciones de la cabecera, y que ha implantado un cirujano del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Aunque su inserción en el enfermo requiere una habilidad loable e imprescindible para el éxito de la operación, quien dibuja en su cabeza y hace realidad el prototipo protésico no es otro que el profesional de la Ingeniería, y a éste se le da poca comba, aún, en el circuito laboral y académico de la Medicina y de la sanidad, como lo prueba que su nombre no trascienda a los medios.

Sin embargo, conforme avanza esta publicación en sus apariciones mensuales, más se acrecienta la sensación de los periodistas que lo elaboran de que los ingenieros están llamados a protagonizar la sanidad como auténticos innovadores científicos, como lo prueban las reflexiones al respecto que, en la entrevista principal, hace el recién nombrado director de Soluciones de General Electric, Carlos Jiménez Alonso, ingeniero industrial muy conocido en el gremio (lidera la comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria del Colegio de estos profesionales en Madrid) que rompe aquí una lanza por la ‘inteligencia colectiva’.

Un llamamiento al trabajo interdisciplinar en el que los ingenieros se han proclamado, con toda justicia, imprescindibles.