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Miércoles, 29 de junio de 2016  |  NÚMERO 20 Año II Acceda a nuestra hemeroteca
EDITORIAL
La polución hospitalaria: una realidad sin divulgar
Un estudio destapa el elevado grado de contaminación relacionado con la sanidad
 
La contaminación derivada del sector sanitario alcanza cuotas preocupantes desde hace décadas, y así lo dio a conocer este periódico en abril a raíz de una conferencia impartida en Córdoba, durante el IV Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, por el coordinador regional de Gestión Ambiental del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Manuel Huerta Bueno.

Ahora, un estudio publicado en la revista científica Plos One confirma tal impacto desde un punto de vista global, de manera que, según se deduce del trabajo –que firman, entre otros, un ingeniero especializado y una anestesióloga– el conjunto de actividades relacionadas con la asistencia sanitaria emite un 8 por ciento de la totalidad de emisiones de gases con efecto invernadero emanada por los países industrializados.

Un ingeniero colabora con una médica en la investigación sobre polución sanitaria.

Como se recoge en la información al respecto en este número de Publicación de Ingeniería Sanitaria, esa polución procede del arsenal de recursos materiales y energéticos que requiere cualquier hospital, por lo que se presume a priori que se trata de un mal menor en aras a proferir una asistencia sanitaria óptima.

Sin embargo, el propio ingeniero medioambiental aludido, Matthew Eckelman, ha declarado a medios estadounidenses que, con esta investigación, por supuesto no pretenden limitar la práctica de la Medicina necesaria para mejorar todo lo posible la salud de los enfermos, pero sí alertar de que “existen muchas oportunidades” para reducir la contaminación hospitalaria sin poner en peligro la calidad de los cuidados ni mucho menos la atención integral de los pacientes.

El uso eficiente del material médico, los ciclos de vida y el reemplazo de los equipos tecnológicos (aspectos de la ingeniería hospitalaria que se abordan en el debate publicado en este mismo número) se corresponden con tan solo algunas de las medidas posibles para reducir la polución sanitaria, aunque sea por un camino indirecto.

Pero también existe toda una política de eficiencia, sostenimiento y equilibrio medioambiental que este periódico constata en el sector de forma creciente en el contexto de la política de la Unión Europea (de la que, por cierto, queda por ver qué sucede en países que se descuelguen del proyecto comunitario como Reino Unido tras el brexit). Y esa baza para la que los ingenieros comienzan a mentalizarse del cuidado del entorno se revela como el principio de una respuesta eficaz al problema.